En un mundo globalizado, conectado, el hábito saludable del diálogo está en extinción. Como seres humanos,tenemos el privilegio del lenguaje, el don de la palabra y la bendición del habla. “La comunicación es un hecho artesanal basado en cuatro pilares: la mirada (no el mero sentido de la vista), la escucha (no el mero sentido del oído), la palabra (no la mera emisión de vocablos) y el registro emocional (empatía, reconocimiento de sentimientos y emociones tanto en uno mismo como en el otro)” Así lo define el escritor Sergio Sinay en una nota del diario La Nación.
Vivimos en la era de la conectividad, dónde las redes sociales modifican nuestros hábitos . Sin embargo, las redes reales trascienden lo tecnológico, se viven offline y le dan el verdadero valor a la comunicación.
Factores que dificultan el diálogo
En este tiempo donde maximizar las acciones y la prisa son las constantes, hay pequeños oasis que mantienen los encantos del diálogo: un encuentro en un típico café, una charla familiar o “tomar mates”. Estos eventos se transforman en extraordinarios, cuando lo saludable sería celebrarlos a diario.
Podemos identificar varios obstáculos que nos impiden disfrutar el diálogo:
- No hay tiempo, debido a la multiplicidad de tareas diarias por realizar.
- La tendencia consumista que prioriza la satisfacción individual.
- La falta de sinceridad que sucede cuando no coinciden el diálogo interno y el externo, cuando se busca agradar y ser aceptado, y para ello se dicen cosas que no se sienten.
- Desconocer o no darse cuenta de los beneficios de esta práctica.
Oportunidades para conversar
Una vez detectada la necesidad de dialogar , una actitud positiva puede modificar nuestro comportamiento y surgen muchas oportunidades para conversar:
- En casa, con la familia, la pareja o los padres.
- Con los más chicos adaptándose a su universo, en el camino al colegio, en el juego o a través del cuento de las buenas noches.
- En cada ocasión que se presente: en el ascensor, en el trabajo o en el transporte público.
- Cuando se quiere resolver una cuestión pendiente con alguien. Alguien lo necesita y usted también necesita al otro.
- Durante una actividad de ocio, ya que es el momento alejado del modelo “producción-consumo”
Beneficios de una buena comunicación
La fuerza de la oratoria ha maravillado a través de toda la historia. Comunicarse es una necesidad y un arte al mismo tiempo.En lo personal, lo positivo de comunicarse es entender, compartir y en determinadas circunstancias, cambiar los procesos. No dar nada por sabido, ya que dialogar, conversar, son necesidades vitales como el agua y el aire. Y a la par se genera otra virtud: la de escuchar al otro para que la comunicación sea efectiva.
Practicar cada día
La carencia del diálogo auténtico origina un saldo deudor, un saldo en rojo en el interior de cada uno.Muchas personas nunca se dan cuenta… Comprender esta situación es revertir el proceso, es mejorar, es darnos la oportunidad de practicar, de potenciar las redes reales. Entonces, cuéntame por favor: ¿con quién vas a dialogar hoy?
Una respuesta a «Comunicarse es una necesidad y un arte al mismo tiempo»